VALCAS
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VIII Jornadas AAV: “La Transición democrática española en los archivos estadounidenses”.

Charles Powell, Director del Real Instituto Elcano y profesor de Historia de la Universidad San Pablo-CEU (Madrid).

Cuando se documentaba para elaborar su libro ‘El amigo americano’ (2011) Charles Powell comenzó a interesarse por la dimensión exterior y a preguntarse qué podían aportarnos los archivos norteamericanos.

Para ello accedió a dos tipos de archivos, por un lado a los archivos públicos estadounidenses y por otro a la documentación privada americana. Entre los archivos públicos se destacan los Archivos Presidenciales, divididos en diferentes grupos, y los Archivos de la Administración, que son «un monstruo burocrático».

El proceso legal para la consulta de archivos en EEUU se inicia en 1944 con una ley que regula su acceso aunque sigue siendo muy restrictiva. Más tarde, en 1966 llegará la Ley de Libertad de Información, de la que están muy orgullosos los americanos y que amplió sobremanera la cercanía a los archivos públicos.

Esta ley, la Freedom of Information Act (FOIA), permite a cualquier ciudadano la desclasificación de archivos previa solicitud, aunque se puede denegar por razones justificadas.

Todos los documentos públicos se desclasifican pasados los 25 años, explica Powell, con algunas excepciones como la privacidad personal o por cuestiones de seguridad o cartografía. A los 50 años los archivos dejan de regir y a los 75 se produce una total desclasificación sea cual sea su naturaleza.

Con el presidente Bill Clinton mejoró bastante el acceso a la información. En 1996 se creó la Ley de Acceso a Fondos Digitales y en 2009 la Orden 13526 amplió la normativa.

La desclasificación de documentos se ha convertido en toda una campaña para olvidar y compensar actos americanos en países donde se han violado los Derechos Humanos, siendo todo un instrumento de diplomacia pública.

Mención especial tienen las Bibliotecas Presidenciales, donde se desclasifican todo tipo de registros relacionados con la actividad diaria del presidente. Durante tres años (1971-1973) el presidente Nixon instaló micrófonos en el Despacho Oval para captar todo tipo de conversaciones.

En referencia al Golpe de Estado fallido del 23F en España, Charles Powell desmiente cualquier implicación de EEUU. “Siempre ha existido la leyenda urbana pero hay archivos que prueban que no tuvo nada que ver y hasta les pilló por sorpresa”, indica. Otra curiosidad que comenta es que penaliza a sus alumnos si usan WikiLeaks, ya que aunque la web destapara en los años 90 información valiosa de manera ilegal, en la actualidad todo lo incluido en sus páginas está ya disponible en webs oficiales.

El profesor e historiador deja abierto el debate de si España podrá seguir alguna vez el ejemplo americano en cuanto archivística. Los políticos españoles son conscientes de la importancia que supone poner en conocimiento del público información de registros sobre su actividad, muchos de ellos almacenados en sus propias casas.

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