Marc Baldó Lacomba. Catedrático de Historia Contemporánea de la Universitat de València.
Según Baldó la herida del pasado sigue abierta porque o ni se quiere mirar atrás o si se mira se hace con un ojo tapado, y “al pasado hay que mirar con dos ojos”, indica.
Al hablar de memoria distingue entre Memoria Democrática (término que prefiere al de Memoria Histórica por ser más acertado), Memoria Individual (la que nos da nuestra identidad y es manipulada según intereses) y Memoria Colectiva (que mantiene la identidad, con testimonios que la van creando).
En cuanto a la Memoria Colectiva nacional española fue creada alrededor de Castilla y vanagloriada y alzada con el Franquismo, fue una construcción política. Y nada tiene que ver con la Memoria Democrática, que crea también una identidad pero es una construcción política abierta. Aquí participa activamente la sociedad civil, sirviéndose de la historiografía y de los archivos materiales, formando parte de la educación de los ciudadanos… Su objetivo es formar y conformar la conciencia política de la vida pública con valores democráticos y Derechos Humanos.
Durante la Transición se produjo un pacto de silencio entre vencedores y vencidos pero al mismo tiempo surgió una ‘Buena memoria’, que construía un buen relato, una buena visión, impunidad… aunque todavía sin una reparación moral, sólo económica.
En el año 2000 surge la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica y el Foro por la Memoria con el objetivo de superar los déficits de la transición y con una visión más abierta, más crítica con la Monarquía, con el rechazo a privilegios económicos y sociales, con la oposición hacia aparatos del franquismo, etc. Es un nuevo escenario en el que baldó sitúa como nuevos creadores de la memoria a «los hijos de los hijos», por eso cuesta a veces tanto identificar cada memoria.