La nueva coyuntura que vivimos, donde se está dando un impulso legal a la memoria democrática, tendría que ser un revulsivo para una reavivación y puesta en valor de los archivos históricos.
Evidentemente, los archivos siempre hemos estado relacionados con la historia, si bien en los últimos tiempos, la administración y los documentos electrónicos nos han comido el tarro y el tiempo. Lógicamente.
Ahora, sin embargo, no se trataría tanto de una relación con los eruditos o con los historiadores de la academia sino más bien de pasar de la historia y los documentos a la memoria colectiva: un tema delicado donde los haya (que hace falta tratar, por lo tanto, con mucha delicadeza) y en el cual es necesario contar de partida con un criterio profesional: de los mismos historiadores, de los archiveros y también de los periodistas y comunicadores. Porque la construcción de la conciencia colectiva tiene mucho que ver con los sentimientos y nociones compartidos y no tanto con la producción erudita.
Por otro lado, los archivos tenemos que cumplir con nuestra misión: tan sencillo como esto, que también es reparativa, de defensa de los derechos humanos y comprometida con la lucha contra la impunidad y el olvido. Porque somos garantía, condición ‘sine qua non’ y posibilidad de cumplir o no la legislación sobre memoria histórica y democrática; sobre transparencia y acceso a la información y, en definitiva somos posibilidad y garantía (y reflejo) de los derechos públicos y del buen (o mal) funcionamiento de la administración. No puede ser que los archivos sean, tan a menudo, objeto de olvido, porque esto implica, al final, el reconocimiento del desastre administrativo.
Afortunadamente, no es el caso de algunas ciudades medias valencianas que se han dotado de unas infraestructuras y de unos servicios de archivo mínimamente dignos, hasta el punto que estamos sacando las castañas del fuego a la propia Generalitat. Alcoi, Dénia o Gandia, para citar los casos más próximos, tenemos los archivos históricos de los juzgados de primera instancia en unas condiciones sustancialmente mejores que no la misma Consellería de Justicia, Interior y Administración pública de la Generalitat Valenciana, responsable legal de estos mismos documentos.
Una vez incorporado el archivo histórico del partido judicial de Gandia a nuestro archivo municipal, por un convenio de comodato firmado el 2018 con la Generalitat Valenciana, podemos ofrecer, en un primer paso, un portal de memoria democrática con la serie digitalizada de Responsabilidades Políticas, una de las más significativas de este fondo. Todo esto con la colaboración de la concejalía de Cultura, Participación Ciudadana, Calidad y Memoria Democrática.
Con el acceso público a esta documentación empezamos a dar cumplimiento y relleno a la legislación sobre memoria democrática al recordar y valorar aquellas personas que sufrieron con especial intensidad las consecuencias trágicas de una guerra civil.
En este portal de memoria democrática se pueden encontrar los expedientes de los vecinos de Gandia (Beniopa y Benipeixcar incluidas), consultables a través de una relación nominal de los afectados. En el futuro esperamos poder poner más información al alcance en esta misma url, en primer lugar del resto de poblaciones de la comarca; para, finalmente, llegar a una catalogación completa del archivo judicial. Esta es tan solo una primera pasa en la línea de hacer accesibles los documentos, tanto a los investigadores como a los numerosos familiares de las personas afectadas, sin que falte la atención personal y el asesoramiento ‘in situ’.
Portal de Memoria Democrática de Gandia: www.memoriagandia.org
Bernat Martí y Jesús E. Alonso. Arxiu Històric de Gandia